La distancia afectiva

Por las razones que sean me decidí a representaros a un paciente, a Juan. Las circunstancias diferentes a la entrevista que tuvimos el otro día —el día de la sorpresa y de la decepción para muchos—, han facilitado que con Juan os encontraseis de otra manera. No había sorpresas: esta vez el profe iba a representar un paciente. Un «Role Play» como os gusta decir; sí, una interpretación, una dramatización, una representación quizás mejor (siempre mi empeño en que utilicemos nuestros recursos del lenguaje sin recurrir a idiomas extranjeros).

Y ahí estaba Juan, duro, enfadado, ordenado, esquivo, receloso, controlador, enfriando los sentimientos. Y también vuestra compañera Judith haciendo un poco de puente entre este Juan y vosotros, y entre el profesor oculto y vosotros. Trabajo agotador, tengo que reconocerlo; pero ¿os fue útil? Ya veremos. Ya me diréis.

De entrada no tuvisteis empeño diagnosticador, lo cual se agradece. No es lo mismo ver que el otro trata de ponerte una etiqueta que descubrir que hay interés por conocerte. Bien para vosotros. ¿Qué os decía Juan?

Un montón de cosas. Es decir, no se escapaba, como algunos pensabais; aunque no os iba a contar las cosas de forma clara. Pocas veces un paciente explicará las cosas claras. Nuestra habilidad es la de oír sin escuchar (lo tenéis en los textos). Y decía mucho, aunque de forma oculta. Por ejemplo: la lentitud de las respuestas, como pensando y repensando, buscando la palabra justa, la que mejor se ajustara al contexto de la relación. Es decir, es alguien para quien la improvisación, la respuesta fresca no existe; o es peligrosa.

¿Empatizásteis?

Creo que era Fernando y Jordi quienes decían que le entendían. Y es importante este aspecto. Si somos capaces de olvidarnos de lo que «debe ser» y tratamos de ponernos en su forma de ver las cosas, podremos entender más a esta y a cualquier persona. Creo que era Jordi quien os decía que su forma de querer era la que mostraba. En efecto, esta es su forma de hacer. Es más: no hay una forma correcta o incorrecta de querer o de hacer las cosas. Cada uno de nosotros tiene su forma y esta es la que hay que entender. Cierto que con una sola entrevista no se puede decir mucho; pero la vía, el camino por el que se le va a poder entrar es precisamente ese.

Colocaba en su mujer un montón de cosas. Es decir, desplazaba y proyectaba en ella aspectos que, independientemente que los tuviera o no, también eran suyos (quan Pau parla de Pere parla més de Pau que de Pere). Pero ¿qué aspecto no toleraba y lo colocaba en ella? : la relación que establece con su hijo.

¿Os acordáis de lo que hablábamos de la proyección? «El paciente coloca los aspectos que no puede tolerar en sí mismo, en otros». En este caso, Juan no tolera que su mujer le cuente cuentos a su hijo. Es un motivo de discusión casi diario (es decir, que le duele un montón, que no lo puede tolerar). Dicho de otra forma, coloca en su mujer algo (el contar cuentos) que no puede tolerar en sí. Y las razones, como buen racionalizador que es, son estrictamente lógicas: si un niño debe dormir 10 horas, todo lo que se oponga a esas 10 horas es malo. Fijaros que ahí ya tenéis un valle complejo para explorar en un futuro. ¿Tendrá celos de la relación que tiene la madre con su hijo? ¿O envidia? ¿Cómo habrá sido la relación que habrá tenido con su madre?

Colocaba otras cosas en la figura de su hijo. Y utilizando unas sillas os las representé. Como simulando un esquema de lo que debe ser su «mundo interno» (bueno, un fragmento del mismo, claro). Y os decía que lo que era importante era la forma como vive a todos y cada uno de estos aspectos de su realidad interna. Independientemente de cómo sean su hijo y su mujer, independientemente de esto, repito, lo importante es conocer qué significados aporta o sostienen cada uno de estos «objetos».

Por ejemplo, cuando habla de «Piensa en global y actúa en local», ¿qué demonios quiere decir? Porque a nosotros, en tanto que Orientadores, Psicólogos, no nos importa nada lo que en la vida cotidiana significa esta frase. Lo que nos interesa es lo que para él significa y cómo este significado afecta a su vida. ¿me seguís?

Y finalmente otra cosa, y esta ya es vuestra. ¿Por qué tenéis tanto miedo a estar cerca del paciente? La distribución espacial (¡qué pesadito con la distribución espacial!) era muy curiosa. Y ahora no me vengáis, a estas alturas del curso, con que hay que dejarle espacio al paciente. ¡Eh! ¡No tengáis miedo a la cercanía afectiva!

Otra cosa, también vuestra. ¿qué diferencias hay entre esta sesión y la del otro día? ¿qué ventajas e inconvenientes tiene cada una?

A mi me van las distancias cortas. No le tengáis miedo a ese profesor.

Hasta el jueves.

Dr. Sunyer

 

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