87)¿NO ES PASOTISMO POR MI PARTE SI NO ORGANIZO LA CONVERSACIÓN Y BUSCO TEMÁTICA?

87) Entiendo que debo estar atenta a los movimientos del grupo; pero ¿no es un poco de pasotismo por mi parte si no estoy por la labor de organizar la conversación, de buscar una temática de charla? Porque te cuento. Empiezo a estar un poco cansada de ciertos monotemas. Por ejemplo, acepto que a quien se le murió el marido hace seis meses, se lo esté pasando mal. O que la persona de las fobias sufra porque su mujer empieza a estar harta de tanta precaución, miedo y dificultades para todo.

El otro día, ese que se enfadó con otra compañera por lo del teléfono, contó que se había enfadado en el trabajo porque habían tenido una reunión con el departamento de compras de su empresa y una vendedora les había dado la tabarra con las ventajas de una compra de material que no les interesaba en absoluto. Y, en el ímpetu de la narración perdió los papeles. Ya le ha pasado en alguna ocasión. Esto asustó a la mayoría, y empezaron a darle consejos, a recomendarle que si relajación, que si tisanas… bueno, ¡parecían los curanderos de todo!

No sé, la verdad es que no acabo de encontrarme a mi gusto con esta manera de conducir el grupo. Siento como que tengo una actitud pasota, que debería intervenir y controlar más la conversación. Sí es cierto que es la primera vez que no explican una anécdota vinculada a «su dolencia» y que nos traen un hecho de su vida cotidiana. Esta persona tiene un cuadro más bien de tipo depresivo, y eso me descolocó.

 

Sería bastante injusto considerar como pasotismo la actitud de participación respetuosa que presumiblemente hay tras este ir viendo cómo se desarrolla el grupo. Aunque posiblemente haya dos niveles: la parte de respeto atento y la de tu enfado. Fíjate cómo hablas de quien se enfadó en el trabajo o de lo que te hacen sentir eso que llamas “monotemas”. ¿Qué será lo que te está enfadando? ¿Qué parte del enfado de muchos del grupo se estará ubicando en ti? Pero tomemos la primera parte.

 

Es curioso ver con qué frecuencia me encuentro a profesionales que devalúan la actitud de observación y estudio frente a la de actuar y dar respuestas a las situaciones. No es pasotismo sino confianza en la capacidad de las personas para resolver el problema que tienen entre manos y un gran deseo de aprender del ser humano. A tu actitud atenta, a tus aportaciones tranquilizadoras o aclaradoras, a tu interés por respetar el ritmo que el grupo va a adquirir, a la atención que pondrás para calibrar la tolerancia a los niveles de ansiedad y el esfuerzo de controlarla para que ésta no acabe siendo un obstáculo,… a todo ello, no se le puede llamar pasotismo. Recuerda a Winnicot: “madre suficientemente buena es aquella que se adapta sensible y activamente a las necesidades del bebé”; pero esta actitud conlleva suministrar, también, grados de frustración y de no satisfacción sistemática. Con ello posibilita el crecimiento de su hijo. Entonces, si hay algo de esa actitud, no estás pasota, sino trabajando activa y silenciosamente por la creación de las líneas de trabajo grupal, por facilitar las conexiones entre sus miembros a partir de cómo es cada uno. Simplemente, sin guiones previos, sin nada que estorbe el natural establecimiento de relaciones entre ellos.

 

Mirala tarea fundamental que tienes como conductora en estos momentos, es preocuparte por el establecimiento de una matriz grupal en la que la confianza arraigue fuertemente. Kauff lo dice de esta manera: la tarea principal del líder del grupo consiste en ayudar a que se desarrolle y mantenga un método de funcionamiento que proporcione las condiciones necesarias para que prosiga el trabajo analítico de manera más eficaz (1995:12)Por esto, tu preocupación es que estas personas se vayan sintiendo progresivamente con más confianza para poder seguir hablando de ellas y entre ellas, y de lo que les pasa. De hecho que alguien traiga un hecho cotidiano es un indicador de confianza. Pero también de algo de lo que les pasa aquí en el grupo. Pronto lo verás. De momento a este trabajo podemos denominarlo: es el establecimiento de la matriz grupal.

 

Ya te he hablado en varias ocasiones de la Matriz, que es un término que introduce Foulkes en la terminología grupal y grupoanalítica. Pines y Hutchinson (1995) nos indican que la “matriz” es el concepto que se refiere a los antecedentes del desarrollo del grupoanálisis y se basa en la red de comunicación establecida por sus participantes a través del tiempo. La red de comunicación es la base en la que un grupo terapéutico desarrolla una forma de organización psicológica. Está formada por las experiencias compartidas, por el desarrollo de relaciones y por el aumento de la comprensión. Estos antecedentes compartidos fundamentan la “matriz dinámica del grupo” y el contexto de desarrollo, en contra de los cuales surgen, vuelven a aparecer y se experimentan los patrones de transferencia de todos los miembros del grupo que participan en su reconocimiento, translaboración y resolución (Roberts, 1982)[1] (:34). Por decirlo brevemente: la matriz es el caldo de cultivo en el que se desarrollan todas las relaciones del grupo. Y por esta razón, debemos ayudar a tejer una red de comunicaciones entre nosotros en la que los diversos avatares de sus componentes, las distintas situaciones del grupo y la acumulación de las diversas interpretaciones que emerjan de la dinámica, constituirán la calidad de dicha matriz. Una red que ya se tejía cuando empezaste a pensar en el grupo. A ella iremos incorporando las experiencias individuales para que puedan ser compartidas, y las propias relaciones que nacen y surgen en el grupo. Ahí caben los niveles de comprensión e incomprensión, de ayuda y abandono, los estilos de escucha y de sordera, de afectos y enfados. Porque eso proviene de las formas y maneras adquiridas en la matriz originaria y que denotan una estructura relacional que se transfiere al grupo.

 

Esa red supone también un modo de pensar las cosas desde otra perspectiva, de relacionarlas entre sí de otra manera, de ofrecer una alternativa en su comprensión en el que tú juegas un papel importante. La matriz de relaciones se teje entre todos y cada uno de los miembros del grupo de forma natural e inconsciente; e involuntaria. Y a ella se transfiere la forma que cada uno adquirió y tejió en su grupo originario. Y tú aportas tu bagaje personal, tu propio esfuerzo por agrupar a estas y no otras personas, las condiciones en las que se agruparon, las personas que contribuyeron a facilitarte el contacto con estos pacientes; y por supuesto, más allá de tus elementos personales (es decir, tu matriz familiar), todo el baúl de conocimientos profesionales que constituyen lo que podríamos llamar tu identidad profesional. Ahí tu función como intérprete especializado juega un papel importante. Y en estos momentos constatas un cierto hartazgo de monotemas. Y te sorprendes porque una persona de carácter obsesivo rompa un control de sus impulsos. Y que explica lo que le sucedió: querían que comprase algo que no necesitaba. ¿Sentirá que le vendemos un producto que no necesita? ¿Qué te preocupará, el descontrol al que puede llegar, la tendencia monotemática del grupo o que sienta que se les vende algo que no buscaban?

 

Es importante considerar lo que Foulkes y Anthony señalan: En el centro de nuestro pensamiento está el concepto de trama de grupo o matriz grupal. (…) El grupo es una matriz de relaciones interpersonales, y los acontecimientos que tiene lugar en él son fenómenos interpersonales (Foulkes y Anthony, 1964: 227). Fíjate que se subraya un elemento básico: interpersonal. Estás reunida con unas personas, agrupadas, sin ninguna otra ligazón entre ellas que la que pueden tener contigo. Eso a lo que llamamos «grupo» surge a partir del entramado de relaciones conscientes e inconscientes que establecemos entre nosotros. Nacen a partir del entramado de las relaciones que todos tenemos con otros grupos y en el contexto social en el que estamos. Se determina a partir de los estilos personales del estar en los diversos grupos entre los que uno se ha encontrado: grupos de referencia, grupo familiar, grupos deportivos y de ocio, etc. En este sentido te encuentras en pleno proceso de constitución de un grupo en el que se transfieren las relaciones significativas de todos vosotros con vuestros grupos y personas de referencia. Y en eso descubres que hay algo de hartazgo. Proviene de los monotemáticos, los que aburren al grupo.

 

Ten a mano siempre un diccionario etimológico ya que pensamos en Griego y hablamos en Latín. La palabra aburrir proviene del latín ab horrorem. ¿Qué hay aquí que produce horror? ¿Qué debe haber en lo monotemático que lo produce? Y cuando nos aburrimos, desconectamos, comenzamos a expresar nuestro malestar y acabamos enfadándono con los causantes de ello. Y el pasotismo podría ser también su expresión. Y esto se deposita en la matriz grupal. Como nos recuerda Grotjahn (1979) la matriz es un fenómeno grupal específico, constituido por todas las relaciones potenciales manifiestas y latentes que tienen lugar entre los miembros, transferidas o reales (1979: 28). ¿De dónde procede el enfado y el horror? Un tema recurrente tiene mucho de parálisis. Es cierto que hablar una y otra vez de lo mismo, aburre. Y en este sentido parece que en la matriz se instala ese elemento de parálisis —y en cierta medida— de muerte. El enfado puede ser la reacción ante ello. Si para Grotjahn,  el término matriz es semejante a los términos de atmósfera analítica o cultura analítica o cohesión grupal (1979:28), nos podríamos preguntar qué hay detrás de esta parálisis. ¿Miedo? Será que ante la posibilidad de abordar más cosas, algunas personas persistan en «su» tema?

 

En la relación psicoterapéutica se transitan por zonas de parálisis. Y esta es una. Y detenerse supone una forma de tomar aire antes de seguir, o un decir, «!uf, lo que viene ahora!». Por lo que estamos ante un momento ideal para averiguar las razones del miedo o del susto. Por ejemplo, ¿nos asustó mucho el enfado de este señor? Ahí, la función verbalizante introduce la aceptación de los enfados y los miedos que éstos nos generan. Si vinculamos el problema del trabajo en la empresa con el trabajo en el grupo, posibilitamos el enlace necesario para trabajar en el aquí y ahora del grupo. De esta forma andamos por un camino hacia la mentalización de las cosas que suceden en el grupo y de lo que sentimos en él, y por lo tanto, a su introducción en la estructura simbólica.