Resumen. En este texto me introduzco en un terreno complicado a partir de la propia experiencia lectiva. Comienzo abordando el tema de la ansiedad y de los procesos de elaboración de la misma. En ellos la palabra es crucial ya que desde que nacemos estamos en un contexto comunicativo a través del que podemos ir poniendo palabras a las cosas que nos suceden; y por lo tanto, podemos poner en marcha eso que llamamos aparato mental. Pero cuando falla este aparato dado que no podemos elaborar lo que sucede, emergen las patologías. El grupo, la relación que se da entre las personas del grupo acaba siendo el espacio a través del que elaboramos nuestros malestares y recuperamos la salud.

Palabras clave: ansiedad, espacio mental, aparato mental, elaboración, la palabra, lenguaje, sociedad, patología, somatizaciones.

Preámbulo

 

Hoy nos encontramos con algunas novedades: aula nueva y unas cuantas sillas vacías. Algunas de esas sillas se fueron ocupando a lo largo de la primera media hora de trabajo, tardanza que podemos atribuir a la dificultad de ajustar horarios, aparcamientos, circulación… cosas todas ellas normales y a las que no hay por qué poner más significados a colación.

 

Nos pusimos pronto a trabajar y a los comentarios que ibais aportando, organizaba, involuntariamente, una especie de índice temático. Me parecía que así podíamos ir encauzando esa primera hora de trabajo entre todos. Con algunas de las ideas que salieron pude esbozar lo que comenté en el tercer fragmento de nuestro tiempo.

 

Tras la primera hora larga de nuestro tiempo de contacto, se expuso un caso que nos dio mucho qué pensar. Le dimos vueltas y más vueltas, y tuve la sensación de que pudimos sacarle punta. Y probablemente la que lo expuso, la persona que coloqué de observadora de lo que había dicho, fue la que más sacó: siempre se saca jugo cuando podemos ver las cosas desde una cierta distancia.

 

Ya más tarde, mientras comía, pensé en lo que quería escribiros. En esto hay un pequeño problema: dado que estos textos están en el mismo apartado que los que coloqué en un curso similar y realizado desde el mismo marco, puede ser que las temáticas que quiera abordar ya estén reflejadas en ellos. Usadlas para ampliar; por mi cuenta trataré de ir ampliando otros aspectos que quizás sean más apetitosos.

 

Pensé que quizás podría comenzar por la ansiedad. Creo que en lo que tenéis ahí escrito, algo digo de ella. Subrayaría que la vivencia de eso que llamamos miedo y que en el caso de los bebés está relacionado con la supervivencia del organismo, posteriormente adquiere formato de ansiedad. Eso es más habitual de lo que creemos. En realidad es la respuesta que se nos hace evidente ante algo que nos genera inseguridad. Esa sensación de no seguridad, de que algo puede pasar, puede tener una intensidad leve que no nos suponga un malestar mayor, o puede ir incrementándose hasta niveles elevados. ¿De dónde viene esa inseguridad?

 

Ya desde bebés detectamos momentos en los que se nos activa un cierto temor, liviano si queréis, ante variaciones cualesquiera de nuestro entorno o de nuestro propio organismo. He dicho liviano, pero no me gustaría tener esas sensaciones que vive un recién nacido que no tiene ningún punto de referencia y que, como organismo, el temor a la supervivencia está ahí. Pero esto es harina de otro costal.

 

Esas variaciones (imaginaros las miles de pequeñas variaciones que el organismo puede detectar) generan una reacción a la que llamamos miedo (cuando esas variaciones activan la alarma de la supervivencia), y de la generalización de ese miedo, la ansiedad. Un cambio más o menos repentino de luz, o un ruido novedoso, una voz diferente, una textura anómala, un movimiento intestinal no registrado anteriormente… todas estas y una infinidad de modificaciones activan en el organismo del individuo una reacción de miedo, temor. Cuando esos miedos y temores son muy difusos y no podemos concretarlos a algo emerge lo que llamamos ansiedad. Cuando esa ansiedad tiene matices marcadamente somáticos suele recibir el nombre de angustia. Ambas, ansiedad y angustia, siempre son la señal de alarma ante un peligro, mas imaginado que real; pero peligro a fin de cuentas.

El procesamiento de la ansiedad

 

¿Qué hace el organismo individual ante ello? Lo procesa, es decir, digiere aquello que ha sucedido incorporándolo dentro de lo que podríamos llamar “catálogo de situaciones que se dan en mi vida”. Pero esta catalogación no es un simple anotar, no un sencillo apunte en esa inmensa libreta de registro que es nuestra memoria, sino que junto a la anotación añadimos el “impacto afectivo” con la que hemos tomado esa nueva situación, y apuntamos también el esquema relacional que viene adjunto a la vivencia. Estos tres elementos, el impacto en sí, la tonalidad afectiva que le rodea y el elemento relacional van a tener una gran importancia a lo largo de toda nuestra vida. Estos tres elementos deben ser integrados, es decir, incorporados a la experiencia vital para que la vida pueda seguir transitando con una cierta normalidad. La incorporación significa que lo que llamamos sistema psíquico o aspecto psíquico del individuo queda constituido por todos y cada uno de los “impactos”, por todas y cada una de las experiencias vitales que inciden en la vida de esa persona.

El aparato mental

 

Para que eso que en este texto he venido a llamar “impacto” y que el sujeto debe elaborar, hemos ido construyendo desde los primeros momentos de desarrollo esto que llamamos aparato mental: el resultado conjunto de la actividad de los diversos centros no sólo neuronales sino de todos aquellos otros puntos ubicados en el cuerpo que acaban integrando las vivencias que vamos teniendo. Se correspondería a un complicadísimo entrelazamiento de conexiones neuronales que posibilitan el desmenuzar el impacto en pequeñas unidades que quedan registradas en estructuras vivenciales y que están al servicio de otros impactos futuros: así, ante un nuevo impacto el organismo busca la identificación y las respuestas posibles a partir de las conexiones o las estructuras vivenciales que a lo largo de nuestra vida vamos construyendo constantemente.

 

Esto es el aparato mental: una realidad intangible que a partir de su base real, física, que podemos medir, valorar, fotografiar…, etc., en su conjunto crea algo intangible a lo que llamamos aparato psíquico y que está como organizado a partir de esquemas vivenciales y que se corresponden a todas y cada una de las miles de experiencias relacionales de la vida de un sujeto. La expresión palpable es eso que llamamos pensamientos, emociones, sentimientos, fantasías, aspectos todos ellos que vienen determinados por la cultura en la que nos hemos desarrollado y por los derivados de las relaciones que establecemos con los que nos rodean.

El grupo, lugar de elaboración de ansiedades

 

Pues bien, ¿y ante todo eso qué hacemos? Atenderlas. Atenderlas para que puedan desarrollar recursos (que en realidad ya tienen pero no lo saben) que les permita superar la situación estresante, la situación patológica, en la que viven. Y para realizar esta atención establecéis una relación a través de la que tratáis de introducir modificaciones. ¿Cómo? Por lo general, hablando. Porque en este hablar lo que estáis intentando hacer es activar procesos de elaboración mental. Procesos que en principio se dan porque vosotros, cual baterías suplementarias, aportáis esa “energía” con la esperanza de que se pongan en marcha esos mecanismos que el otro tiene. Es decir, tratáis de activar procesos de metabolización que permitan que puedan integrar alguno de los hechos que han determinado su vida. Porque si se activa esta metabolización, los procesos vitales que les llevan a una patología social o incluso somática, puedan ser ubicados en terrenos más sanos que son los primeros de los que hablé.

 

Pues bien, cuando esto lo hacemos en situación grupal lo que observamos es que ese grupo se convierte en un espacio mental de elaboración de los procesos patológicos y patogénicos en los que esas personas se han instalado. Habéis convertido el espacio grupal en espacio mental de elaboración de sus situaciones personales. Esto pues es el grupo.

 

Dr. Sunyer

 

Marzo 2011

 

Los comentarios se refieren a las sesiones que he realizado con los profesionales que han acudido al curso que organizó la Diputación de Barcelona.