Resumen.  Este escrito es de bienvenida. Y en él recojo uno sentimientos que se supone no debo tener.

Palabras clave: sentimientos, equipo, grupo.

Introducción

 

Hola. Me imagino que es lo normal cuando alguien entra en contacto con una persona o varias. Hoy precisamente me preguntaba una alumna que qué era lo que hacía cuando me encontraba con un nuevo paciente. Y le contesté, decirle hola.

 

Se supone que no tengo que tener ninguno de estos sentimientos que encabezan el escrito: no tener sosiego, estar nervioso, no tener la certeza de lo que va a suceder. Se supone pero no es lo que sucede. Y por más que mi intelecto y mis razonamientos me informen de que eso es lo que sucede pero que no me debe suceder, es lo que me sucede. ¿Y por qué? Quiero pensar que es porque no tengo ni idea de qué es lo que vamos a ir haciendo a lo largo de estas cuatro sesiones ni qué es lo que me van a pedir ni porqué acuden al curso. Espero que lo podamos ir aclarando. Evidentemente hay algo que debo aceptar: me he metido yo solito en este berenjenal. ¿Por qué?

 

Fundamentalmente porque llevo un montón de tiempo en esta ciudad, Barcelona, desarrollando una labor docente en lo relativo a “lo grupal” y algunos alumnos me habían insistido en que sería importante ofrecer una formación como la que damos a quienes están vinculados a lo asistencial desde el marco de la Diputación de Barcelona. Y posiblemente otras Diputaciones. Soy un convencido no sólo de “la cosa grupal” sino de que no podemos entender al hombre fuera del contexto social. Somos el contexto social al tiempo que lo creamos. Esto significa que todo lo que nos sucede como individuos tiene su correlato social; pero no para hacerle responsable del sufrimiento individual ni para exculpar de responsabilidades al individuo, sino porque un aspecto y otro son complementarios, como las dos caras de la moneda.

 

Hay, lógicamente otras razones por las que estoy aquí. Unas de índole meramente crematísticas, otras de carácter personal, otras… Y pienso que posiblemente también los que os habéis inscrito tenéis muchas razones y motivos para estar aquí. Pueden ser de tipo profesional (obtención de reconocimiento curricular, por ejemplo), de tipo práctico (uno trabaja con mucha población y busca rentabilizar esfuerzos), de tipo intelectual (curiosidad), y también de tipo personal. Seguramente muchos trabajéis en equipos y en todo equipo pasan cosas. Y todo esto, lo que pasa en los equipos, lo que nos pasa individualmente, lo que proviene del hecho laboral y personal, todo esto va a estar presente en estos cuatro días. Y va a configurar la demanda tanto individual como colectiva.

 

Ahora bien, ¿qué tipo de formación grupal puedo ofrecer? Vengo del mundo de la clínica y también de la docente. Pero fundamentalmente de la primera. ¿Qué puede ofrecer un clínico a quienes trabajan en Ayuntamientos, en Servicios Sociales, en…? No lo sé. Tampoco sé qué es lo que me pueden pedir. Sí temo una cosa: que se me pidan cosas técnicas. Y lo temo porque eso, precisamente, no lo voy a dar. Ya lo siento, pero esta no es la mejor forma de formar en algo que tenga que ver con el grupo a nadie. Cierto que para obtener el carné de conducir debo pasar por una academia en donde se me enseñe lo que es el embrague o el acelerador, a que aprenda qué es esa señal de tráfico y cuatro tonterías más. Y cierto que una vez he pasado por la academia alguien tiene que comprobar que eso ya lo aprendí y entonces se me da un carné. Pero no por esto sé conducir. Una cosa es conducir y otra es llevar un coche. Pues aquí algo parecido, pero con una diferencia: todos estamos en grupos desde el momento en el que nuestros padres nos concibieron. Entonces, ¿cómo voy a enseñar algo de lo grupal si ya estamos en grupos desde entonces? Quizás podamos aprender otra cosa.

 

Voy a proponeros aprender del propio hecho de estar en grupo. O mejor, quisiera poder estar con vosotros en ese grupo y poder pensar sobre lo que nos sucede estando en él. O estando fuera de él (si es que se pudiera). Y que pudiésemos diferenciar entre estar en grupo y agrupar. Porque son dos cosas diferentes. Porque puedo estar en grupo con una sola persona y no estar en grupo, sino agrupado, con varias.

 

¿Sabéis de dónde procede la palabra equipo? Del francés y aludía a los enseres que se llevaban los marineros para la travesía. Ahora está de moda la idea de equipos de trabajo. Pero una cosa es un equipo de trabajo y otra, trabajar en equipo. Y esto último está más cerca de la idea de grupo que lo primero.

 

Una cosa antes de acabar: quiero agradecer a quien tras saber de mí en un curso organizado en la UPF se animó y movió los hilos para que estuviera aquí. Me reservo su nombre. Pero, sencillamente, muchas gracias.

Deseo que nos vaya bien.

 

Un saludo, Dr. Sunyer.

 

(11 de mayo del 2010)

 

Los comentarios se refieren a las sesiones que he realizado con los profesionales que han acudido al curso que organizó la Diputación de Barcelona.