No pasar del recibidor

No pasar del recibidor, gracias.

Dr. J.M. Sunyer

Palabras clave: relación, transferencia, identificación, proceso, paciente.

¡Buf! Sesión dura.

Ante todos nosotros, J. T., que en toda ocasión se muestra colaborador para que nadie pueda entrar más allá del recibidor de su propia casa. Por esto colabora tanto. Todo un artista en echar balones fuera, atribuir todo lo que sucede a otro y no permitir que nada le afecte; en apariencia, claro.

¿Cómo os sentisteis? No me resultó fácil prescindir de vuestras miradas, un tanto escépticas, un tanto expectantes. Os miraba, con esa doble mirada de profesor y compañero, y de J. T., y trataba de centrarme lo más posible en quien debía ser. Me dolía esa doble condición porque percibía, creo que con bastante nitidez, esa sensación de impotencia a la que os sometía. Aunque cuando me metía en la piel de J. T., olvidaba esta sensación y creo que podía hacer lo que hace semanalmente en mi consulta: tratar de eludir permanentemente el acercamiento. Y esto, como dijo una compañera, agota. Agota y enfada. Suerte que en estas ocasiones la hipoteca nos mantiene en nuestro lugar.

Escogí este caso por varias razones. Una de ellas porque me resultaba muy familiar en la medida que vengo trabajando con él hace más de un año; anteriormente habíamos trabajado unos meses, aceptó entrar en un grupo en el que permaneció una sesión, dándose de baja al día siguiente. Luego, transcurridos unos seis meses, volvió; aunque a la que puede se toma vacaciones. Con todo lo que me distorsiona esto. Y me enfada.

Otra de las razones en traeros un caso real (es difícil el traerlo realmente, pero hice lo más cercano a esa realidad que pude) es que deseo que podamos pensar sobre lo que aparece en la realidad asistencial, tanto en clínica como en organizaciones. Posiblemente esto rompa con un cierto ideal de lo que es nuestro trabajo como orientadores, pero la verdad se acerca más a lo que hicimos en clase que a lo que aparece en los libros. Lo que no quita para que tratemos de ser empáticos, tolerantes, nos acomodemos a las diversas situaciones que se nos plantean, miremos de ver lo más posible del caso, etc.

Una tercera razón tiene que ver con un proceso de supervisión en vivo y en directo. Sabéis, porque lo habréis oído más de una vez, que los profesionales debemos supervisar nuestra tarea. Evidentemente no supervisamos toda la tarea. Y por supuesto que esta supervisión es más urgente y necesaria al inicio de nuestro desarrollo que al final. La función supervisora se va modificando a medida que pasa el tiempo. Y en este contexto quiero contaros qué tuvo de supervisión la sesión de hoy.

Cuando los profesionales somos capaces de meternos en la piel del otro significa que le entendemos mejor. Para decidir traeros a J. T., he tenido que hacer una labor compleja: interiorizar más lo que le pasa, tratar de verlo con ojos que me permitan transmitiros lo que veo. Recordar su historia, sus manera de hacer, sus mecanismos de defensa habituales, para con ello construir mi personaje de forma suficientemente creíble para vosotros. Tenía que estar preparado para contestar, reaccionar, tal y como hace él ante las preguntas que pudierais hacerle. Como veréis, no se trata sólo de representarlo, de imitarlo, sino de hacer exactamente lo que creo que haría él si estuviese realmente presente. Debía transmitir lo que percibo que me transmite él: ese agotamiento, ese malestar, este enfado por no traerlo al duro suelo, ese deseo de traerlo de golpe y porrazo, ese temor a que en cualquier momento se puede marchar…Y al representarlo, pude ver también en vosotros aspectos que no he visto en mí, que me han pasado desapercibidos. Por ejemplo esto que aparecía en nuestro comentario al final ¿por qué quiere que estemos enfadados? Y uno de vosotros contestaba: porque está enfadado y así no hay diferencia entre el mundo externo y el mundo interno. Sería como un principio homeostático. En este proceso ¿qué es lo que realmente transmito? Transmito lo que he interiorizado de él, transmito lo que he hecho mío. En realidad traje al J. T., que tengo dentro. Y con él es con quien realmente os relacionasteis. No era yo, era el personaje interiorizado que visteis. Y en el proceso pude ver cosas que no había podido constatar previamente, aspectos personales que tapan al verdadero J. T., que viene a la consulta. Ahí está uno de los aspectos de la supervisión que sucedieron en clase.

Vamos a ver qué hacemos a continuación. Cómo ordenáis el material que pudisteis entresacar. ¿Cómo podríamos expresar lo que nos ha provocado de forma algo más compleja que el atribuir una sola palabra?

Debo estar canso. En estos momentos las ideas no me fluyen con facilidad. Os dejo.

Hasta el jueves.

Un abrazo

  1. D. Todo parece indicar que hoy jueves no nos veremos. El tema de la LOPS es complejo, y bueno es que estéis atentos a su evolución. Lamentablemente, hoy por hoy, los Centros Sanitarios no nos necesitan. Hay una lucha soterrada entre la medicina y la psicología en el terreno del diagnóstico y hasta en el asistencial. Aunque no nos guste (a mi me repatea), la operatividad del médico (industria e intereses farmacológicos incluida), su versatilidad y disponibilidad, junto con el amparo legal de que dispone, tiene más venta en estructuras sanitarias en las que lo económico prima que las ofertas asistenciales que podemos ofrecer los psicólogos. Pero por otro lado, algo habremos hecho mal en todo este recorrido. Y frente a todo ello, la única salida que creo que es real, es la de nuestra profesionalidad, nuestra preparación, nuestro trabajo y esfuerzo para que los aspectos psicológicos ocupen un lugar más relevante en la comprensión del ser humano. Posiblemente los de mi generación hemos hecho bastantes cosas, aunque quizás no todas bien hechas. Pero creo que os corresponderá a vosotros el ayudar a esta sociedad que poco quiere saber de lo psíquico (como siempre ha sucedido), a ir aceptando que los hechos psicológicos tienen manifestaciones tanto somáticas como sociales, tanto fisiológicas como estructurales. Y en este punto todos estamos involucrados.
  2. D. Han pasado días desde nuestro encuentro. Y han pasado cosas. Por un lado la jornada en torno a la LOPS. Es un problema importante el que tenemos ahí. Pero creo que tenemos muchas posibilidades de salir adelante.

Otra cosa que ha pasado es la valoración de vuestros trabajos. Esto creo que es también importante. He vuelto a revisarlos todos, a anotar en cada uno lo que creo debería mejorarse. Y os he hecho un escrito que colgaré también en mi página. Y lo he escrito porque veo que nadie os ha explicado cómo hacer un trabajo un poco en serio. O no lo habéis entendido suficientemente. Os lo brindo como forma de ayuda. Ya me gustaría que estas pautas os sirviesen para algo más que los trabajos de esta asignatura.

Hasta el martes.

 

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