LA MENTE BIEN ORDENADA

Y la tercera joya, es un libro básicamente para educadores; pero su lectura puede ayudar muy mucho a quienes desde el ámbito de la psicología y la psicoterapia en general, tratamos de concebir el mundo interno de las personas como un microcosmos reflejo del macrocosmos en el que estamos metidos. Se trata del libro de E. Morin (2000) La mente bien ordenada. Seix Barral.

 

El texto, de 136 páginas, más unas 48 páginas más de anexos, aborda el tema de la complejidad del pensamiento y del peligro, emanado de la súper especialización, de crear un conocimiento parcializado y, por lo tanto, empobrecido, de todo lo referente a nuestro existir.

 

El autor plantea una reforma total de la educación en la que la complementariedad entre las partes y el todo, entre éste y aquellas, configure un movimiento dialéctico que enriquezca nuestro saber y nuestro vivir. Plantea algo que desde otras páginas, venimos diciendo algunos: la relación permanente entre el microcosmos y el macrocosmos; y en este sentido, cuando uno lee estas páginas, se siente acompañado por las ideas de alguien ajeno a los dimes y diretes de la psicología grupal pero que le dan a ésta, un trasfondo y una dimensión mayor. La de un mundo en el que las ideas, las vivencias, todo, forma una globalidad interactuante y autorregulada de la que poco, muy poco, sabemos.

 

Tras unos capítulos en los que desgrana la complejidad del conocimiento y del ser, adentra en el tema de la incertidumbre, como eje fundamental de la organización del propio pensamiento. Incertidumbre cerebral, psíquica y epistemológica que ubican al ser en un lugar en donde el pensamiento puede permitirle articularse con sus semejantes.

 

En su octavo capítulo plantea los siete principios para un pensamiento que conecte, que articule: el sistémico, el holográmico, el del bucle retroactivo, el del bucle recursivo, el de la autonomía / dependencia, el dialógico y el de la reintroducción del conocedor en todo conocimiento.

 

El libro, que contiene comentarios en torno a la cultura francesa y a elementos de la constitución del País Galo y que en cierta forma, pone un cierto énfasis en la valerosa aportación francesa a la cultura Europea que pueden suscitar una cierta confusión, no deja de ser de interés para los que tratamos de profundizar un poco en la educación en general y en el pensamiento del ser humano en particular, aporta claves para repensar muchos de los fenómenos de nuestra actual cultura.