Resumen. La primera impresión debe ser semejante a la que pueden tener unos padres al ver a su hijo por vez primera sin tener conocimientos previos obtenidos por las ecografías. Y desde esta perspectiva os doy la bienvenida, explicando un poco las razones de estos escritos, y la forma de dar las clases. Vamos a ser un grupo y espero que, como todos los padres al ver a su hijo recién nacido, nos salga bien. .

Palabras clave: escritos, bienvenida, historia, grupo.

Reconozco que algo de adicción existe cuando nadie me pide que escriba nada y, a pesar de ello, me dispongo a hacerlo. No voy a ahondar en las razones de esa manía que por lo que detecto está repleta de componentes de muy diverso y variado color. Y siendo cierto que de siempre me ha gustado escribir (lo que no significa que lo haga bien) lo que posiblemente subyazca sea el deseo de compartir con quienes estoy lo que pienso de las cosas a las que me dedico. Y una de ellas, y la principal, es la grupal. Y si bien nunca aprendí el oficio de escribir, lo he venido haciendo desde hace muchos, muchos años. Y de forma más sistemática nació en la Facultad de Psicología de la Universidad Ramón Llull, a la que dediqué bastantes años de mi vida. Y al percibir que a los alumnos les costaba entender lo que les explicaba (seguramente porque para mí era novedoso y tenía que hacer un esfuerzo complicado de articulación de mi práctica clínica diaria con lo que daba en la facultad), pensé. ¿por qué no les escribes lo que piensas tras la clase? Y así nacieron una serie de escritos, muchos, más de dos centenares, que eran testigos de lo que desde mi óptica sucedía en las clases. Y de ahí, aquí. Y ya que me he puesto, ahí voy con unas primeras ideas que quizás puedan serviros para nuestro trabajo.

 

De entrada confieso que no tengo ni la más leve idea de quienes sois ni a qué os dedicáis. No porque las personas que constituyen eso que llamamos “la estructura” del curso hayan reservado esta información. Es más, he recibido varias veces documentos en los que se me informa o se desea informarme de eso: de lo que hacéis, de lo que es eso que llamáis espacios familiares, y de algunas cosas más. Y también lo he leído; por encima, pero leído. Y acepto que algo debe haber de ceguera mental o de sordera psíquica porque no he sido muy capaz de entender de qué va realmente eso. Por lo que me voy a tener que guiar de lo que me informéis. O de lo que me queráis informar.

 

Alguna cosa sé. Que somos un grupo como de unos doce, por ejemplo. Si es correcta la información seremos vosotros doce más dos más: yo y una compañera que me acompaña (eso debe significar compañera) y que nos ayudará a ir haciendo la tarea que tenemos que hacer. O sea, catorce personas.

 

Esa información, la que somos catorce, es como la ecografía que se suele hacer ahora a partir da casi nada de embarazo. Y la verdad es que eso ya me angustia un montón porque cuando no disponíamos de ecografías no teníamos ni la más remota idea si nacería varón o mujer. Y reconociendo que la técnica nos adelanta bastante esta información, también nos coloca ante dilemas tremendamente duros que no quisiera pasar jamás por ellos. Ni quisiera que los míos pasaran por ello. Como podéis comprender soy de la vieja escuela. Prefiero saber si es niño o niña en el momento del parto. Y prefiero asumir las consecuencias que se puedan derivar de cómo sea este niño o niña a partir de ese mismo momento.

 

Así pues, siguiendo con la metáfora, prefiero conoceros a partir del momento en el que nos encontremos. Lo que no significa que mi mente esté vacía: al contrario, como en el caso de los padres, aparecen un montón de ideas, de pensamientos más o menos organizados, de fantasías de todo color que determinan un estado previo al encuentro. Pero esto no ha sucedido casi hasta hoy. ¿Qué os quiero decir con eso? Me parece que hay mucha información entre estas líneas, de la que quiero subrayar una: sólo he podido comenzar a pensar en vosotros, personas de momento sin nombre, sin profesión ni dedicación conocida por mí, cuando me he podido liberar de otras cosas que tenía en mente. Es como decir que unos padres sólo pueden pensar en sus hijos cuando son capaces de liberar sus mentes de otras cosas que les ocupa permanentemente. Y por pensar no me refiero al acto cognitivo e incluso volitivo de “voy a pensar en”, sino a algo bastante más complejo, bastante más silente, silencioso, que transita de puntillas por ellos. No es tanto un acto consciente, cuanto inconsciente. O sea que casi puedo decir que, ¡bienvenidos a mi mente!

 

Ayer me comentaba mi compañera, ¿no has preparado nada? Y le contesté: vamos a trabajar con unas personas que nos dirán qué quieren de nosotros. Y a partir de eso, iremos cocinando todos juntos ese espacio. Es decir, no tengo un paquete de información, de libros, de papeles, de vínculos de internet, de power points (alias diapositivas) que embucharos. De eso ya se encargarán otros. Es decir, no vamos como esos padres (me vais a permitir que no ande con esta estúpida costumbre que les ha dado a muchos por andar hablando en masculino/femenino que es algo importado de la lengua inglesa que en esto no es una lengua románica, lenguas que desde hace siglos descubrieron que era interesante eso de ahorrar palabras e incluyen en un solo término, ambos géneros; en eso no voy de “políticamente correcto”). Lo que os decía, no vamos como esos padres que cuando tienen un bebé siguen las instrucciones y embuchan a sus hijos lo que esas instrucciones dictan sin pararse a pensar si es eso lo que ellos necesitan. Vamos de otro palo. Ni mejor ni peor, el nuestro. Vamos a construir un espacio entre todos. En realidad como se hace desde hace varios millones de años: los humanos co-construimos permanentemente lo que hacemos. Eso significa que mañana, primer día de esos cinco que tendremos, dejaremos un rato para poder ir clarificando qué queremos, qué no queremos, qué podemos y qué no podemos hacer.

 

Eso es lo que en realidad también hacemos los padres: tratamos de irnos aclarando, con mayor o menor fortuna y tiento, lo que queremos hacer.

 

Así pues, con esas pocas ideas, empezaremos a trabajar.

 

Dr. Sunyer

 

Texto sujeto a los derechos de autor. Y forman parte del material teórico.